Pensamientos espontáneos.

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lunes, 18 de julio de 2011

Y tú, ¿Qué harías sin ella?

¿Han pensado alguna vez ustedes en suprimir la música de su vida? Sí, párese a pensar un segundo. Es posible que ahora esté escuchando alguna canción, tarareando o tan sólo pensando, pero ahí está; la música que acompasa su corazón. Y además, literalmente. ¿Qué? Yo se lo explico. Póngase a dar palmas, al ritmo que quiera, uno que le sea cómodo. ¿Sabe? ¡Está aplaudiendo exactamente al ritmo de su corazón! Sí, sí, como se lo digo. Al ritmo de su corazón. Y es que está en el mínimo recoveco de nuestro ser, casi guiando nuestra existencia. Y... oh, sí, es reconfortante. Crear música llena tu vida, crearla, sentirla, bailarla... Por éso se le "pegan" las canciones, la música está en su interior allá donde vaya y lo sabe, sabe que sin ella ni vive ni muere. No piense que es todo alegría; es ¡un mundo! Transmite cualquier sentimiento, cuando se asusta en una película de miedo, ¿no va siempre acompañada de melodías escalofriantes? ¿Cómo cree usted que la gente no moría de aburrimiento en el cine mudo? ¿Por el flamante protagonista? Pues claro que no, ¡señor! ya sabe por qué es. Ahí lo tiene, amigo. Párese a pensar si no se volvería usted loco sin ella.