Pensamientos espontáneos.

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lunes, 15 de noviembre de 2010

Y eso me hace pensar...

Y allí me encontraba yo, apoyada en aquella barandilla, esperando.
Observadora, veía pasar a la gente. Aquellas señoras que, molestas, me esquivaban al estar yo en el primer escalón, al no dejarlas aferrarse desde un principio al frío metal que bajaba hasta el metro. Aquellos amigos que se reencontraban y, tras abrazos y risas, gritaban "¡Aquí estamos, Madrid!". También aquellas muchachas que, al bajar las escaleras y volver la vista atrás, suspiraban y musitaban "Adiós, Sol". A la vez, un turista solitario alzaba su cámara al cartel que rezaba "PUERTA DEL SOL". Y me giré y contemplé ese reloj que tantos nuevos años nos ha traído, tantos felices años nuevos, tantas campanadas. Una idea empezaba a formarse en mi cabeza.
Pasaban ya diez minutos desde la hora acordada. Pero no esperaba que llegase a tiempo, porque, cuando conoces a alguien, sabes cómo actúa. Y yo sabía perfectamente que no llegaría todavía. Sonaba la triste melodía de una trompeta. Y la vida de la ciudad seguía sin contar conmigo. Congelada, seguía viendo pasar mientras esperaba. A los amantes que se besaban, la vendedora que pregonaba sus ventas, las familias que esperaban la larga cola para conseguir una napolitana de aquella famosa pastelería... el hombre que se enfadaba por el tapón formado en el metro...
Todo esto y mucho más me hizo pensar... que aunque me gustaría escapar... amo a mi ciudad.