Reflexiones.

¿Qué es la vida? La vida es como un tren. ¿Llegas tarde? Vaya, sale sin ti. Pasa, continua, no en un trayecto redondo. Empieza, sigue, no acaba. No importamos al tren. Cada uno tiene su maquinista, aquel motor de su existencia, hay gente que lo busca, y gente que lo desea reparar, pero nadie puede parar al tren de la vida. Hay gente que desea salir, lo desean de verdad, pero las ventanas están cerradas, y es difícil salir. Hay gente que baja en la estación errónea, y gente que coge el tren en sentido contrario. Es terrible cuando se dan cuenta de que no hay vuelta atrás, que no pueden coger otro tren. Ciertas veces personas coinciden en un vagón. Otros luchan por entrar, pero les sacan a patadas, es increíble el tren. Tan grande y con tanta gente. Difícil es encontrar lo que buscas. ¿Qué es la vida? La vida es un trayecto. Un trayecto sin fín. ¿Le importo a la vida? Me temo que no. El trayecto no acaba, tú pasas, te cruzas y acabas. ¿Pero le importo? No, no, no y no. Pasaré, pereceré y no habrá ocurrido nada. ¿Cambiar el mundo? Pocos han llegado. ¿Cambiar a alguien? Éso no sería amarle. ¿Cambiarme a mi misma? Sería mentirme. ¿Qué hacer? Coger el tren y esperar al mundo, asirse con fuerza a la agarradera para no caer con el zarandeo de la máquina y esperar a que una mano roce la tuya en un intento de sobrevivir.